¿Qué es la Compañía Nacional de Fósforos? Este libro intenta responder ese interrogante. Ante todo un grupo de teatro (o de antiteatro), uno de los cientos que alimentan las salas del país y del mundo, uno de los tantos que al margen de todo centro persisten e insisten en seguir haciendo teatro con la obstinada convicción de que, en los albores del siglo XXI, siendo la más efímera e intempestiva de las artes, es uno de los pocos espacios donde aún tiene cabida la experiencia, donde aún podemos encontrar ese instante que -como dice uno de los epígrafes- es capaz de borrar los siglos y los milenios.
Escrito a más de ochenta manos y no menos de 40 computadoras por algunos de los más importantes investigadores, creadores y críticos teatrales de Argentina, Iberoamérica y el mundo, 10 años de ANTITEATRO quiere ser no sólo un testimonio de la tarea que la compañía viene realizando desde hace más o menos una década sino también un mea culpa, un alegato, un manifiesto, un epitafio y también un homenaje al teatro que se realiza con pasión, valentía y mucho de obstinación en los más remotos y apartados lugares del continente (de éste o cualquier continente).
Este libro no es un libro. En realidad es DOS libros. El primero contiene textos, comentarios, imprecaciones, falsificaciones, notas, críticas y adulteraciones de los siguientes autores:
Mandy Moüellic - Ana Granato - Andrea Feiguin - Araceli Arreche - Armando Madero - Carlos Fos - Carolina Gutierrez - César Pavón - César Torres - Claudia Quiroga - Cristian Palacios - Diego Brizuela - Diego La Hoz - Diego Leroux - Edgar Castelán - Ernesto Suárez Etelvino Vázquez - Fernando Santiago - Juan Manuel Caputo - Gastón Santos - Gisella Nomdedeu - Guillermo Heras - Josefina Torino - Juan José Oviedo - Juan Pablo Poggio - Laura Alonso - Lautaro Ostrovsky - María Ibarlín - María Moggia - Mariano Bassi - Matías Bassi Miguel Ludueña - Mónica Berman Natalia Rey - Norberto Presta - Pablo Maitía - Pamela Brownell - Paolo Iorio Patricia Signorelli - Paula Brusca - Pau Llacuna - Rodolfo Pacheco - Rosalía Celentano - Santiago Castellani Sandra Posadino - Sarah Joffré - Silvia Sosa Castillo - Silvina Patrignoni - Vicky Cortés Rocca - José María Brindisi - Zeta Yeyati.
Mandy Moüellic - Ana Granato - Andrea Feiguin - Araceli Arreche - Armando Madero - Carlos Fos - Carolina Gutierrez - César Pavón - César Torres - Claudia Quiroga - Cristian Palacios - Diego Brizuela - Diego La Hoz - Diego Leroux - Edgar Castelán - Ernesto Suárez Etelvino Vázquez - Fernando Santiago - Juan Manuel Caputo - Gastón Santos - Gisella Nomdedeu - Guillermo Heras - Josefina Torino - Juan José Oviedo - Juan Pablo Poggio - Laura Alonso - Lautaro Ostrovsky - María Ibarlín - María Moggia - Mariano Bassi - Matías Bassi Miguel Ludueña - Mónica Berman Natalia Rey - Norberto Presta - Pablo Maitía - Pamela Brownell - Paolo Iorio Patricia Signorelli - Paula Brusca - Pau Llacuna - Rodolfo Pacheco - Rosalía Celentano - Santiago Castellani Sandra Posadino - Sarah Joffré - Silvia Sosa Castillo - Silvina Patrignoni - Vicky Cortés Rocca - José María Brindisi - Zeta Yeyati.
El segundo libro contiene los textos de las obras
DAMIENS / EL CUERPO DE LOS CONDENADOS y
ALONSO Y AGUIRRE ¡PERDIDOS EN EL INFRAMUNDO!
dos de los espectáculos más representativos del trabajo de la Compañía Nacional de Fósforos a lo largo de sus diez años de actividad; perversamente deliberados, concebidos, imaginados y puestos en papel por los siguientes autores:
Paula Brusca - Juan Manuel Caputo - Cristian Palacios
(no se utilizaron animales en este libro, los autores son más humanos de lo que parece)
DAMIENS / EL CUERPO DE LOS CONDENADOS y
ALONSO Y AGUIRRE ¡PERDIDOS EN EL INFRAMUNDO!
dos de los espectáculos más representativos del trabajo de la Compañía Nacional de Fósforos a lo largo de sus diez años de actividad; perversamente deliberados, concebidos, imaginados y puestos en papel por los siguientes autores:
Paula Brusca - Juan Manuel Caputo - Cristian Palacios
(no se utilizaron animales en este libro, los autores son más humanos de lo que parece)
Pero ¡ESO NO ES TODO! 10 años de ANTITEATRO contiene además entre sus páginas la primera edición nunca realizada de las CRÓNICAS del mítico e injustamente relegado TIMOTEO SANTIAGO.
Hoy en día, cuando los influjos de la academia, la idiosincrasia de los medios de comunicación o la crisis del chile habanero, han homogeneizado la pluma de los periodistas es un verdadero lujo contar con los testimonios de un periodista que podía decir la verdad sin concesiones, perteneciente a una tradición ya olvidada donde no se temía decirle al autor de una pieza que su obra le había parecido “una tremenda bosta” sin por ello faltarle en absoluto el respeto.
Cómo no recordar aquí por ejemplo, a aquél anónimo periodista inglés que alguna vez escribió refiriéndose a Sarah Bernhardt que sus contorsiones sobre la escena le parecían los estertores propios de una vaca con varios días de muerta. O aquella mucho más cercana Nidia Burgos, bahiense, al igual que Timoteo, que tituló “Una tortura para lo sentidos” su comentario sobre un espectáculo local. Tampoco podemos dejar de evocar al eximio Ignacio Casiopeo Moräes (autor de un opúsculo sobre el teatro actual) que prefería verter sus opiniones en forma de vomito sobre el sombrero de señora más próximo.
Constituye un honor para la Compañía Nacional de Fósforos contar entre las páginas de su libro este testimonio de unos tiempos y una ética lamentablemente olvidada.
Hoy en día, cuando los influjos de la academia, la idiosincrasia de los medios de comunicación o la crisis del chile habanero, han homogeneizado la pluma de los periodistas es un verdadero lujo contar con los testimonios de un periodista que podía decir la verdad sin concesiones, perteneciente a una tradición ya olvidada donde no se temía decirle al autor de una pieza que su obra le había parecido “una tremenda bosta” sin por ello faltarle en absoluto el respeto.
Cómo no recordar aquí por ejemplo, a aquél anónimo periodista inglés que alguna vez escribió refiriéndose a Sarah Bernhardt que sus contorsiones sobre la escena le parecían los estertores propios de una vaca con varios días de muerta. O aquella mucho más cercana Nidia Burgos, bahiense, al igual que Timoteo, que tituló “Una tortura para lo sentidos” su comentario sobre un espectáculo local. Tampoco podemos dejar de evocar al eximio Ignacio Casiopeo Moräes (autor de un opúsculo sobre el teatro actual) que prefería verter sus opiniones en forma de vomito sobre el sombrero de señora más próximo.
Constituye un honor para la Compañía Nacional de Fósforos contar entre las páginas de su libro este testimonio de unos tiempos y una ética lamentablemente olvidada.
Pero ¡ESO TAMPOCO ES TODO! 10 años de ANTITEATRO contiene además entre sus páginas el flamante y revolucionario DICCIONARIO DEL PERFECTO TEATRUDO; que marcará sin duda un antes y un después en nuestra forma de considerar la profesión teatral en Argentina, Latinoamérica y el Mundo.
Este pequeño manifiesto se propone reemplazar para siempre los términos "Teatrista" o "Teatrero" por el mucho más preciso "TEATRUDO" que contiene en sus cuatro vocales y consonantes la esencia de lo que implica hacer teatro en este siglo, en este mundo, en este país o continente.
He aquí un pequeño adelanto:
Teatrudo a secas: El término Teatrudo fue acuñado por Cristian Palacios. Antes, había sido propuesto por Doug Wright en una obra de juventud en 1983 y bastante antes por Leónidas Barletta en un ensayo de 300 millones (se dice que le gritó a sus actores “¡Ustedes, so teatrudos!” quienes se sorprendieron más por el uso de la preposición “so”, en franco declive desde 1832 que por la novedad del término introducido). Que el término sea de uso tan reciente no implica que no haya habido teatrudos en todos los tiempos. Como afirma Pavis en la última edición del Diccionario del Teatro (aún no publicada): “Esquilo fue el primero en hacer uso del concepto, al quejarse porque Aristodemo no le destinaba una liturgia para llevar a escena un dráma satírico sobre su vida”. [Véase también: Palacios, Cristian; Wright, Doug; Barletta, Leónidas]
Teatrudo Porteño: Rara variedad de teatrudo cuyos poderes consisten en saber que el teatro que se hace en otros lugares del país (al que suelen denominar “el interior”) es muy malo sin haber visto jamás una sola obra. [Véase también: Teatrudo del Interior]
Este pequeño manifiesto se propone reemplazar para siempre los términos "Teatrista" o "Teatrero" por el mucho más preciso "TEATRUDO" que contiene en sus cuatro vocales y consonantes la esencia de lo que implica hacer teatro en este siglo, en este mundo, en este país o continente.
He aquí un pequeño adelanto:
Teatrudo a secas: El término Teatrudo fue acuñado por Cristian Palacios. Antes, había sido propuesto por Doug Wright en una obra de juventud en 1983 y bastante antes por Leónidas Barletta en un ensayo de 300 millones (se dice que le gritó a sus actores “¡Ustedes, so teatrudos!” quienes se sorprendieron más por el uso de la preposición “so”, en franco declive desde 1832 que por la novedad del término introducido). Que el término sea de uso tan reciente no implica que no haya habido teatrudos en todos los tiempos. Como afirma Pavis en la última edición del Diccionario del Teatro (aún no publicada): “Esquilo fue el primero en hacer uso del concepto, al quejarse porque Aristodemo no le destinaba una liturgia para llevar a escena un dráma satírico sobre su vida”. [Véase también: Palacios, Cristian; Wright, Doug; Barletta, Leónidas]
Teatrudo Porteño: Rara variedad de teatrudo cuyos poderes consisten en saber que el teatro que se hace en otros lugares del país (al que suelen denominar “el interior”) es muy malo sin haber visto jamás una sola obra. [Véase también: Teatrudo del Interior]
“Esta singular organización –terrestre o no- autodenominada Compañía Nacional de Fósforos sigue navegando por los escenarios del mundo sin dar tregua, incendiando foros y espectadores, desatando la imaginación a golpes de poesía visual, sin cansancio, superando obstáculos cual buenos navegantes de esa nave de los locos que decidieron tomar por vida.”
Edgar Castelán
Edgar Castelán
“La Compañía Nacional de Fósforos edifica su convivio desde una ideología clara: desafiar la insolidaridad reinante, la despersonalización y la mercantilización de los cuerpos; y lo realiza con más y mejores materiales, frutos de la evolución sin techo. [...] continúan defendiendo el axioma de que quien participa del hecho teatral es mucho más que un individuo, es una parte de un todo macerado al calor de la vida celebrada, de los silencios superados”
Carlos Fos
Carlos Fos
10 AÑOS DE ANTITEATRO | UN ADELANTO DEL PRIMER CAPÍTULO
10 AÑOS DE ANTITEATRO | FOTOS DE LA PRESENTACIÓN DEL LIBRO
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