viernes, 29 de abril de 2011

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Nota LA OPINIÓN DE LA GENTE por Angie Kohon



El mundo, la guerra, el individuo, el poder, la familia y la muerte se combinan en un espectácu-lo absurdo, trágico, escandaloso donde cualquier semejanza con la realidad no será pura coin-cidencia ¿Qué es la guerra hoy en día? ¿Dónde se libran las batallas? ¿A miles de kilómetros de distancia, o en nuestro propio barrio, en nuestra casa, en el interior de nosotros mismos?

Después de la función nos encontramos con Paula Brusca, directora, y esto es lo que compartió con La Opinión de la Gente. 

La Opinión (de la gente): Bueno, Paula, contáme cómo surgió la idea de hacer esta obra. 

P. B.: Es muy curioso porque Cristian la escribió, el Grupo Los Goliardos la empezó a hacer, pasaron por un montón de directores hasta que el año pasado encontraron dos directo-res con los cuales arrancó la obra. Estrenaron en marzo y en mayo uno de los actores decidió irse y los dos directores –que uno también era un actor- también decidieron irse. Y Lautaro, que es de la Compañía me dijo “Bueno, si te querés hacer cargo del proyecto”. Y ahí fue como que empezamos una especie de co-producción; la condición para hacerme cargo del proyecto fue que pueda cambiar algunas cosas…

L. O.: Ah, había cosas que no te cerraban.

P. B.: Claro, llevarlo a algo que yo sienta que era mío, que es un trabajo mío. Hay cosas de la otra dirección que algunas se mantienen y otras cambiaron completamente: cómo tratar el tema del teatro del absurdo, por ejemplo, son dos versiones completamente distintas. Terminó siendo algo que yo dije “Bueno, está bien, yo lo firmo” Estoy conforme. Igualmente mientras Cristian escribía la obra era como que yo la iba leyendo desde cero. 

L. O.: Claro. ¿Igual, ya venían haciendo cosas juntos? Los Sonámbulos, por ejemplo, que también funciona así: vos sos la directora y él el autor ¿O todavía no habían hecho cosas juntos?
P. B.: No, con Cristián hace cinco años que trabajamos juntos y Lautaro también, es parte de la compañía hace cuatro años. O sea, los tres venimos trabajando juntos y nos conocemos. De hecho, Lautaro y Los Goliardos le pidieron a Cristian que lo haga porque conocían las otras obras. Fue como que al final terminamos trabajando los tres juntos cuando en un principio iba a hacer todo por separado. De por sí me interesó hacer algo de guerra, qué sé yo, es raro. Es raro hablar de guerra hoy en día ¿qué son las guerras?
L. O.: Claro. Lo raro de la obra es que hace tantas críticas que uno no sabe por dón-de empezar ¿no? Más allá de la Guerra, que es el tema principal, ¿para vos hay alguna crítica que sea la más fuerte?
P. B.: Sí, yo el otro día les decía a los chicos que para mí era: los padres eran los países poderosos, los dos que se enfrentan en realidad se dan cuenta que no están luchando por ideales propios sino por ideales de otros. Si es que son ideales, porque en realidad son, creo, cuestiones económicas. Pero bueno, la idea fue armar un poco cómo una familia reproduce en chiquito cosas que a nivel globalizado también están.
L. O.: Claro. Bueno, la obra es totalmente absurda, como dijiste. Tiene cosas deliran-tes ¿no?
P. B.: Ya de por sí que los padres vayan al tomar el té con el hijo a ver qué le pasaba es como que… La obra está planteada desde un juego donde ya de por sí que los padres entren a tomar el té a la trinchera con el hijo, creo que a partir de ahí puede pasar cualquier cosa.
L. O.: Bueno, y el público reacciona muy bien ¿no? Hay mucho feedback, como se vio en la función.
P. B.: Sí, hoy fue un buen público, terminamos diciendo que tuvimos un buen público. Pero está bueno porque se ríen, la pasan bien y creo que se van pensando. 
L. O.: Claro, tiene eso ¿no? partes muy graciosas y muy ridículas y también dentro de ese absurdo críticas muy profundas o realmente muy “agudas”.
P. B.: Sí, creo que un poco todas las obras que hicimos. Trabajamos mucho con la técnica clown y el teatro del absurdo, pero sí queremos decir algo. Y no algo en la obra, sino que el público se vaya pensando. Yo siempre digo que cuando voy el teatro me gusta que no me fal-ten el respeto. O sea, que no me den todo servido; puedo pensar. Y me gusta que los espec-tadores que vean mis obras se vayan haciendo un trabajito, digamos. Pero que además uno se siente bien, creo. Todos nuestros espectáculos son así: por un lado por la estética de la com-pañía y por otro lado por lo que nos gusta a nosotros cuando vamos al teatro. Uno se pone en el lugar del espectador y que es lo que quisiera. O sea, yo siempre digo, el espectador no tiene que salir ni agredido ni la tiene que pasar mal, tienen que estar cómodo. Va al teatro porque quiere distraerse de un montón de otras cosas. Está bien, está bárbaro, pero además, creo que también está bueno que piensen. Que sea un lugar de toma de conciencia.
L. O.: Bueno, por más que fue como fortuito que empezaste a dirigir esta obra ¿uste-des eligieron esta obra por la problemática de la guerra, que es tan actual, o es una críti-ca tan general sobre el mundo actual que no tiene que ver con la guerra específicamen-te?
P. B.: Claro, yo creo que es una crítica a un montón de cosas; no sólo a lo que es la guerra hoy en día. Es más universal. Si me interesó el hecho de que no sean buenos contra malos ¿me entendés? Son los que tienen más posibilidades contra los que no tiene tantas posibilida-des. O al menos eso es lo que yo me imagino con la obra.
L. O.: Y la obra ahora la están sacando de cartel. Bueno, hicieron estas cuatro fun-ciones acá, en este Teatro ¿ya tienen pensado si van a seguir o no?
P. B.: Hicimos estas cuatro funciones de sábado y domingo y no sabemos si la vamos a seguir. La idea es que sí, pero tenemos que hacer muchas otras cosas y nos es difícil hacer una temporada larga. Pero a fin de año la vamos a presentar en un festival que organiza la Compañía y ahí va a estar. Después no sabemos si se van a unas funciones en Provincia de Buenos Aires. La idea es seguir haciéndola, pero bueno, es como que el año está terminando en realidad, y se vienen cierres de un montón de cosas.
L. O.: Claro. Bueno, pero ojalá que la vuelvan a poner en cartel para que mucha más gente pueda ir a verla.
P. B.: Sí, esperemos que sí.
Angie Kohon

octubre 2007

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