Tsunami es una tentativa inútil pero indispensable por dar cuenta de los tiempos que corren, que corren demasiado rápido, a una velocidad de vértigo, que corren frenéticamente hacia el abismo, mientras dos actrices y un director del Conurbano tratan de subirse a la balsa del teatro, de un teatro que es demasiado lento, que siempre ha sido demasiado lento para los tiempos que corren.
Tsunami es una tentativa inútil pero indispensable por hacer con el presente lo único que podemos hacer con el presente, gritar, reír, llorar a carcajadas, escupir al aire sabiendo que inevitablemente, tarde o temprano, recibiremos en la cara nuestro propio escupitajo.
Pero esta es la situación: nunca estuvimos tan comunicadas y al mismo tiempo, tan irremediablemente solas, hombres y mujeres, en nuestros departamentos, en el seno de nuestras familias, en un tren repleto o vacío, en una hamaca en la plaza, en la oscuridad de la noche.
No hay comentarios:
Publicar un comentario